El intrincado vaivén de la música popular de los años setenta puso de manifiesto la ausencia de un hilo conductor para el rock de esta década. Fue, indudablemente, David Bowie el artista elegido -¿por la gran industria o por la evolución de la música?- para dar la cara a estos años. Luego el mismo Bowie se ocuparía de metamorfosear esa cara en mil más. Músico dúctil, poeta sensible, artista inteligente y avezado hombre de negocios ha desarrollado a través de los años una carrera artística apasionante desde cualquiera de las perspectivas desde la que se observe.
Esteban Leivas, joven periodista y crítico musical uruguayo, afincado desde hace algunos años entre nosotros, urga en el pasado del "show bizz" los antecedentes que posibilitaron el surgimiento de esta "super star". E intenta, rodeando a la gran figura, buscar la verdadera de sus mil imágenes.
[Fuente: Contraportada del libro]
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