Ese "hombre afortunado" al que se refiere John Lennon soy yo. Y supongo que, en cierto sentido, sí he sido afortunado. Formo parte de la historia de la mejor música pop. Y viví en el Londres de 1966; el Londres del Swinging London. Podría, de hecho, contar múltiples historias acerca de todo aquello: sobre los Beatles, sobre la contracultura y la revolución soñada, sobre la psicodelia y los psicotrópicos, sobre el hedonismo sin medida. Continuamente, me he preguntado por qué no hacerlo, por qué no hablar de esa época, explicar por escrito lo que hacíamos o, más fácil aún, centrarme en mí, sincerarme y describir de qué modo fui víctima de mi ego, de mis pasiones. Contar por qué el dinero, las drogas y el hechizo del pop me condujeron a aquel 18 de diciembre de 1966.
Nunca es tarde para dar el paso. ¿Acaso no puede un fantasma escribir sus memorias?
[Fuente: Liburuak]
[Fuente: Liburuak]
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